Si bien es cierto que ya estoy lista para Navidad y Año Nuevo, no quiero pasar por alto el Día de Acción de Gracias.
Una festividad con la que no crecí, pero creo que además de bonita, me parece significativa. La gratitud trae beneficios tanto para la salud mental como para la física.
Definitivamente la vida no es justa, y mientras que a unos pareciera que tienen todas las ventajas para sobresalir y alcanzar la felicidad, otros tienen que sortear todo clase de obstáculos para seguir tan solo “sobreviviendo”.
Sin embargo, no importa de qué lado de la balanza te encuentres, agradecer lo poco o mucho que tienes siempre te hará sentir mejor y disfrutar el camino, no solo la meta.
Enfócate en lo que Sí tienes, en lo que Sí hay, en lo que Sí eres y en los que Sí están.
La vida puede cambiar en un instante pero no siempre es para mal.
Haz el hábito de agradecer cada noche, una vez que empieces a agradecer, será como un efecto de bola de nieve, tendrás más y más cosas por las cuales estar agradecido, estoy segura de eso.
No tienes que esperar a una cena especial, siempre es un buen momento para hacerlo. Para mí este año ha estado lleno de cosas, personas y experiencias por las cuales agradecer, y tan solo me alcanza para decir, como Gustavo Cerati: ¡Gracias Totales!
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