Primera parte.
Los lípidos son las grasas naturales de la piel. Hay 2 tipos de lípidos: Epidérmicos y Sebáceos.
Los lípidos epidérmicos son una mezcla compuesta de ceramidas, ácidos grasos libres y colesterol.
Los lípidos sebáceos incluyen triglicéridos, ésteres de cera y escualeno.
En detalle, los lípidos son un grupo de moléculas orgánicas que incluyen grasas, aceites, fosfolípidos y esteroides. Son componentes esenciales de las células y desempeñan varios roles importantes en el organismo.
En productos cosméticos son principios activos grasos que confieren suavidad a la piel.
Por su carácter oclusivo crean una barrera en la piel para retener la humedad y evitar la pérdida de agua. También crean una barrera protectora en la piel evitando la invasión de microorganismos.
Una barrera lipídica fuerte y que funcione bien es la base de una piel sana y brillante.
Ardor en la piel, hinchazón, picazón o descamación y enrojecimiento, podrían ser signos de que la barrera lipídica se ha visto comprometida o dañada y necesita cuidados adicionales.
El estrato córneo es la capa más externa de la epidermis y está formado por corneocitos (capas de células muertas de la piel) y lípidos (las grasas naturales de la piel).
Existen factores estresantes externos que pueden causar sensibilidad a la barrera lipídica como, contaminantes, bacterias, patógenos y alérgenos. Exposición excesiva al sol. Un ambiente demasiado húmedo o seco. Uso de jabones y detergentes que puedan eliminar los lípidos de la piel o la barrera de humedad. Limpieza excesiva y exfoliación excesiva. Sobrecarga de producto y estratificación incorrecta de productos/principios activos que pueden alterar el pH de la piel.
En el siguiente artículo aprenderemos cómo reparar la barrera lipídica de la piel, y cómo identificar productos tópicos para el cuidado de la piel que apoyen los lípidos, ¡no se lo pierda!
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