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James Hubble

Un Ohm, un Thai y un Chi

Saludos, queridos lectores. Para este número, pensé en compartir con ustedes una práctica que me ha resultado muy valiosa y que considero una herramienta invaluable para que la utilicen casi todos en su vida diaria.


Esta práctica no es ni mucho menos estadounidense ni occidental, aunque cada año se ha adoptado más en los países occidentales. Nos llega de una nación (India) que durante milenios ha servido como puente físico entre Oriente y Occidente, por lo que resulta apropiado -quizás hasta poético- que también haya llegado a servir como una especie de puente espiritual entre las culturas. Me refiero a la práctica de la meditación.



¿QUÉ ES LA MEDITACIÓN?


Muchos de ustedes ya estarán familiarizados con esto, pero para aquellos que no lo estén, la meditación (es decir, la meditación formal) es básicamente una práctica que se utiliza para centrar la atención y calmar la mente. Wikipedia la resume muy bien como "una práctica en la que un individuo utiliza una técnica para entrenar la atención y la conciencia y separarse del pensamiento reflexivo y "discursivo", logrando un estado mentalmente claro y emocionalmente tranquilo y estable, sin juzgar el proceso de meditación en sí". Conozco un puñado de enfoques para esto, pero la mayoría de las veces, el proceso se realiza mientras se está sentado erguido en una postura de sastre (también conocida como "estilo indio") con los ojos cerrados. Lo que se hace a partir de ahí varía según el estilo de meditación; algunos ejemplos son la meditación trascendental (TM), el yoga nidra, el tai chi y la atención plena, por nombrar algunos. Algunos hacen que se recite un mantra, mientras que otros hacen que se permanezca en silencio y se concentre en sonidos, olores y sentimientos observados en el momento, y otros aún implican la respiración profunda y la repetición de sonidos en una determinada nota o clave. Lo que funciona mejor suele variar de una persona a otra, así que si esto es algo que deseas probar, te recomiendo que pruebes algunas formas diferentes para determinar cuál es la que mejor se adapta a ti. En esta columna de hoy, desglosaré lo que implica mi práctica personal: la meditación consciente.



CÓMO PRACTICAR LA MEDITACIÓN DE ATENCIÓN PLENA


Para esta práctica, comience colocándose en el piso y sentándose derecho sobre una almohada o cojín con las piernas cruzadas (postura del sastre), la espalda y el cuello rectos. Las piernas deben colgar del frente de la almohada y tocar el piso, y los brazos y las manos deben descansar cómodamente a los costados o en su regazo. Cierre los ojos, respire profundamente unas cuantas veces y luego vuelva a respirar normalmente, centrándose en su respiración. Preste especial atención a dónde siente su respiración con mayor claridad. En algún momento, es probable que note que surgen pensamientos. Cuando lo hagan, note que no los está creando, sino que surgen por sí solos. Déjelos estar, sin juzgar, y vuelva a concentrar su atención en la respiración. Continúe con esta práctica de notar cualquier pensamiento que aparezca, resistiendo el impulso de juzgar y luego volviendo a concentrarse en su respiración durante el tiempo que se sienta cómodo. Un buen período para comenzar es de 10 minutos, y puede extender las sesiones posteriores al tiempo que desee. Cuando llegue al punto en el que esté listo para detenerse, abra los ojos. Observe cómo se siente. Deberías sentirte particularmente relajado y un poco más sereno que antes de empezar. ¡Felicitaciones! Acabas de encontrar una de las salidas más saludables para el estrés y un excelente facilitador de una mayor salud mental. Y como sucede con la mayoría de las actividades, cuanto más practiques, mejor te irá y mayores serán los beneficios.


Con esto, les deseo a todos serenidad, paz y una feliz meditación. Hasta la próxima, namaste.


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